La trágica historia de una expedición.

Sir John Franklin nació el 15 de abril de 1786 en Inglaterra, fue capitán de la Royal Navy, combatiente en Trafalgar, gobernador de Tasmania y explorador del ártico británico, tristemente célebre porque murió en compañía de todos los miembros de su expedición en el ártico canadiense mientras buscaban encontrar el Paso del Noroeste, pero ¿qué fue lo que en realidad pasó aquel trágico mes de Julio del año 1845? A bordo del HMS Polyphemus, un barco que participó en la batalla de Copenhague y sirvió también en Trafalgar, el Capitán lo seleccionó para la búsqueda del pasaje del noroeste y ya en su primera expedición estuvo a punto de acabar en tragedia ya que casi mueren todos de hambre y un explorador canadiense del grupo se comió a un tripulante inglés razón por la cual fue ejecutado, su segunda expedición ártica fue un éxito por lo que le concedieron el título de sir, durante años se ha tratado de esclarecer lo que le pasó a la expedición, pero conocemos pocos detalles, y a lo largo de más de 150 años se ha tratado se ha tratado con mucha investigación conocerlos, en Gran Bretaña se convirtió en un asunto de carácter nacional y por años las investigaciones permanecieron abiertas con varias líneas a seguir, por otro lado en el tema sentimental la esposa de Franklin, lady Jane, llamada “La Penélope del Ártico”, se negó a dar a su marido por muerto y personalmente patrocinó varias expediciones para tratar de encontrarlo pero todos sus esfuerzos resultaron infructuosos, todos se preguntaban que podría haber salido mal si los barcos iban equipados con motores de locomotoras adaptados para impulsar las hélices, llevaban la quilla reforzada con planchas de hierro, contaban con sistema de calefacción y provisiones para siete años, todo parecía estar bien, la tripulación fue elegida por el experimentado Capitán quién contaba con experiencia y se había estudiado una y mil veces la trayectoria a seguir y los extremosos climas, ésta noticia recobró fuerza en el año 1984, cuando se encontró uno de los dos barcos de la expedición del explorador británico sir John Franklin, por fin había rastros de la tripulación que parecía haberse esfumado, este hallazgo fue realmente un impacto, el barco se encuentra bajo el agua en el golfo de la Reina Maud al oeste de la isla O‘Reilly, y las imágenes de radar lo muestran posado en el fondo, se encontraron también restos humanos y materiales, como cubiertos de plata, asimismo se recopilaron testimonios de los nativos inuit y así se ha podido reconstruir en parte lo que sucedió, la expedición invernó en la isla Beechley, donde tres miembros murieron y fueron enterrados , en septiembre de 1846, los barcos quedaron atrapados por el hielo junto a la isla del Rey Guillermo, y ya no volvieron a navegar, Sir Franklin murió el 11 de junio de 1847, este dato se conoce por la nota que fue hallada en 1859 junto a un túmulo de piedras, también murieron otros cuarenta miembros de la tripulación, finalmente, el resto de la expedición trató de llegar a pie hasta Canadá, avanzando hacia el sur y fueron falleciendo en el camino, y para sobrevivir se fueron comiendo unos a otros, el destino de esta expedición es pavoroso, no es solo que murieran, sino que su final fue terrible, congelaciones, hambre y enfermedades, principalmente el terrible escorbuto, los 129 integrantes de la expedición practicaron el canibalismo y el grupo dejó testimonios esparcidos por las heladas extensiones como macabras pistas para la posteridad, detalles como un bote con dos esqueletos, pilas de huesos con evidencias de descarnamiento gastronómico y un cementerio en el que se ha desenterrado a tres de los exploradores sepultados por sus compañeros y preservados increíblemente por el frío como zombis, por los hallazgos arqueológicos quedó claro que la expedición no contaba con los medios adecuados ni la preparación para viajar a pie, después de haber naufragado aunado al hecho de que no se ganaron la ayuda de las tribus de la región quiénes podrían haberlos salvado, por lo que todo terminó en una historia tétrica y trágica de muerte y canibalismo en temperaturas de 50º bajo cero en el atajo entre el Atlántico y el Pacífico.

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