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Onibaba,La mujer demonio

Trágica secuela

por MDTK1
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Las leyendas y misticismos urbanos, llegan a ser cotidianos, pero hay algunos que pueden calarnos los huesos, como por ejemplo las leyendas japonesas… Estas suelen ser un poco más perturbadoras, porque tienen moraleja detrás. La historia comienza con una familia bastante adinerada que tuvo la bendición de tener una hermosa hija, la pequeña era tierna, indefensa y sumamente amorosa, una niña feliz, no obstante, había algo que nublaba por completo la vida de sus padres y era que su única hija, no podía hablar. La figura de Onibaba perdura en la cultura japonesa para aleccionar a las madres y a todas las personas mostrando las consecuencias trágicas de cometer actos de manera impulsiva. El destino puede tendernos una trampa, pero de nosotros depende permanecer cuerdos y sensatos en todo momento. Desesperados, empezaron a buscar de doctor en doctor, pero ninguno daba alguna solución para mejorar el estado de la menor. Agotando sus últimos recursos, se fueron a encontrar con un brujo. La oscuridad que se sentía en ese lugar era palpable, este simplemente los miro con una sonrisa de oreja a oreja y les dijo que para que su hija pudiera hablar tenían que tener el riñón de un feto.
Sí, el riñón de un diminuto ser en el vientre de una mujer que lo ama, evidentemente, esto implicaba que el feto estuviera ya en los 5 meses de gestación, o más.
Los padres, se sintieron totalmente devastados, hacer aquello implicaba no tener corazón, no parecía correcto, pero tampoco era correcto dejar a su hija sin habla por el resto de su vida, así que para quitarse la culpa que podrían tener, decidieron que le darían una gran cantidad de dinero a su sirvienta para que ella fuera la que se encargara de buscar a una mujer que estuviera dispuesta a dar a su feto y el riñón de éste por dinero.
La pobre mujer no pudo negarse, aun sabiendo que era imposible que una madre permitiera aquello, sin embargo, antes de salir le dejo un amuleto a su hija, de la que le costó mucho despedirse.
La sirvienta, recorrió los países aledaños, buscando una mujer que tuviera los escrúpulos y el corazón duro para darle a su feto. Era evidente que pasarían los años sin éxito. Su deseo desbordado por regresar al hogar la cegó por completo, por eso se atrevió a matar a la primer embarazada que pasó, Pero la realidad le cayó como un balde de agua a esta mujer, que, por la locura del dinero y las ansias de volver a su hija, no se dio cuenta de que a la mujer que estaba matando, era a su propia hija y que el feto al que le había sacado el riñón, era su nieto.
Se volvió loca y vagó por las calles, como si su alma estuviera fuera de su cuerpo y como si ella, en si no valiera nada en absoluto, cuando llegó la hora de su muerte, esta mujer ya estaba maldita, ya estaba más que condenada; se convirtió en Onibaba, un monstruo que vive para matar y que se le aparece a cualquier persona en las calles de Japón.
“Es así como una madre se convierte en un demonio, matando lo que más ama en la vida y lo que se suponía debía proteger. Quizá si no hubiera sido tan aprensiva y en lugar de aceptar una tarea absurda hubiera dicho no, la tragedia nunca habría llegado”.

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